Noches en ínsulas de espanto
una
Comer solo, comer
Sin tu palabra, y ese mirar
Me hospitaliza
Hecho un harapo.
Ni un guiño de ti me nutre.
El corazón se ha vuelto un hueso
Difícil de roer.
dos
Amar sin piedad,
Desquiciarse abundando
En pasiones sin puerta de salida.
Trepar la escala incansable
Del fragor y soltarse a punto de llegar
Para enredarnos en un nuevo vuelo…
Así nos veíamos
Antes del año bisiesto en que un sanatorio
Un hilo que nos despegara
Y el freno hasta llegar,
Ahora sí, al punto muerto.
tres
Decapitados
Los cuerpos de los amantes
Yacen en basureros y calles
Donde quedaron las promesas
Como pastillas esparcidas en bolsas de los supermercados.
El tribunal tiene su versión:
Todo el crimen comenzó
Cuando se preguntaban en los instantes de placer:
¿En qué piensas? Así acallaban el rubor de sus mejillas.
cuatro
Impredecibles
Tormentas
Amenazan
Los sueños.
Despertar es el nuevo desafío.
Tomarlo con calma
Para no morir de sed
De ti, agua amarga.
seis
Tanto amar y solo, ante tanto horror en esta isla…
Ricardo Landa 21 de febrero de 2008. Imagenes: Edward Munch: Melancolía; Wifredo Lam: Amantes; Ana Landa : Tortugas, San Sebastían.