Tarde de samba
Danza aquí
Al mismo compás de la canción
Danza y suelta el suelo
Deja atrás el cansancio,
Sigue el compás, su revuelo.
Un peso leve salta a lo ancho
Del sueño
No bebe el veneno rancio
Del empeño
Vuela el poema de larga cola
Alta su estrella
Y en el brillo de su aureola
Cada palabra es ella
Estrella
A pesar de mí
La tristeza se fue
La abrazó un cuervo delirante
La meció la luna en la punta de su cuerno
La enredó en sus olas el océano y la arropó de espuma
La alegró el canto que brota vibrante de la tierra y se vuelve humo de volcán con ella
Me dejó la samba de la tristeza.
Para dejar de llorar
La hierba, como una sola,
Como filón de oro en el desierto
Atrae ojos, manos, bocas
Y dientes que la mastican y la hacen algodón,
Energía,
Un goteo renovado de la sangre que afina la cabeza,
Que levanta la frente
Y anima la vida.
Como aquella que llaman ombligo de Venus.
Hierba, hierba, hierba, hilera de sueños en tus brazos verdes de mujer
Que oscilas columpiándote en el viento.
Ricardo Landa, Tarde de Samba del 8 de febrero de 2007. Imagenes: 1, 2 y 3 pinturas de samba brasileña; 4: Mark Laite, Serpientes.