El ombligo del mundo
Por la charla de Alfredo López Austin
con bailarines del montaje Omphalos

Está en todos los sitios.

Unos lo cortan y lo entierran
en el territorio sagrado y común que habitan.
Hay quienes lo dejan que crezca, se seque,
se desprenda y sus cenizas vuelen 
para que las respiremos todos
y se columpien en la memoria.
Habremos además quienes,
por los quehaceres cotidianos,
lo dejamos al resguardo de alguna estrella
y cuando lo necesitamos,
volteamos ante el arco de la noche y preguntamos
dónde hallarlo como aro de luz del universo.

Y en tantos lugares como cabe un ombligo humano,
caben los de otros seres que por parto nacen
y por eso el meollo del mundo
es un ombligo de la diversidad de vidas
vívidas y difuntas, vivaces como flores o como pumas
o serenas como el lago donde la luna dormita.

Nos dicen los creyentes de un dios único:
el ombligo es Él que está en todos lados
y en cualquier tiempo.
Aunque los mayas, los nahuas, los constructores de Rapa Nui
-y tantos pueblos ancestrales-
desde sus observatorios,
contaron los ombligos y dijeron: cuatrocientos,
o sea muchos-muchos, 
infinito nudo de contradicciones
que no vive en uno solo sino como voces,
como diálogo, algarabía,
bandada de palabras compartidas,
amor y lucha por un mundo
común para comunes.

Visto así el ombligo está en todas partes,
más aún donde cruzan el río frio y el río ardiente,
o en el vértice sexual que nos parte y nos regala,
ahí donde todo es relativo,
donde se puede chocar en una crispada lid
o podemos hundirnos tiernamente en un abrazo
cuyas únicas convulsiones sean orgasmos
y latidos que murmuran: bendita y bendito seas.
El ombligo del mundo es de todos y de ninguno.

Quienes quieren despojarnos del ombligo
para sentirse el ombligo del mundo,
al final siempre fracasan, pues como en todo ciclo
el movimiento les resiste, se rebela,
y liberado el ombligo de la jaula o de los nichos,
se recrea y se propaga como fragancia.

Ricardo Antonio Landa, 9 de febrero de 2019
Imágenes: Omphalos, danza Ceprodac; Ombligo Isla de Pascua, Chile; Botticelli: detalle de Venus; Vitral Capilla Dallas, Texas: Fibonacci; Ombligo de piedras en Rapa Nui Isla de Pascua; Piedra de Coyolxauhqui, detalle; Omphalos, Danza, México; Uluru, monte ombligo; Botticelli: El mapa del infierno.