CUADERNO DE LA RETINA
(Selección)

Contundencia de su luz
Cometas y mujeres
dejan que se las perciba
en la contundencia de su luz,
virando el horizonte.
Es leyenda el afirmar
que traigan en racimo
catástrofes y masacres,
epidemias del cólera o la tisis.
Traen, en su desplazamiento,
la inquietud de escapársenos al ojo,
luego de rasguñarnos el cerebro con su estela.
Con la meteorología al uso,
no conseguimos preverlas.
No fuera a suceder que les expropiemos
un trozo de su sombra
-o un cabello de su cauda-
para expandir con reliquias
la constelación de la nostalgia.
Porque me pienso
He dejado de verme en el espejo
porque me pienso
y me toco la barba
para admitirme.
Los dolores apenas advienen
cuando transcribo
el roce de la punta del lápiz en las hojas.
Es como sus dedos -me digo-,
es su soplo detrás mío.
Levanto la cabeza y el espejo
no me contiene, aunque sí la sensación
que crea la mano
en busca de entibiarme la cara,
helada debajo de barba.
La palpo lánguidamente
porque así me pienso, pensándola.
El embrujo del estrabismo
Levanto el índice en medio de los ojos
y te duplico entera:
Una me habla y anima voluntades.
Otra me mira y adivina mi deseo.
¿Con cuál he de ir al fin
cuando baje este dedo
que por bizquera te demedia?
¿ Y si lo bajo y no me hablas?
¿y si lo quito y dejas de mirarme?
¡Pesar del aprendiz de brujo!

Ricardo Landa, 18 de julio de 2012. Pinturas y fotos: 1, Fernando Botero; 2, Marlon Brando en El último tango en París; 3, Lluvia: Beteo; La tentación de San Antonio: Picasso.