Con la lengua del lince
De la serie Claroscuro IV
“El lince parece bastante menos inteligente de lo que creíamos que era. Quizá tenga muy buena vista, pero después en sus conductas es un animal que corre muchísimo, y al correr muchísimo hay veces que no ve, no se para a ver adonde tiene que ir y por eso en vez de ir por debajo va por arriba. Yo no he comprobado que haya pasos, pero a mí se me ha dicho y me lo creo.”
Sra. Secretaria General del Medio Ambiente del Gobierno del Reino de España, doña María del Carmen Martorell Pallás. Citada en el artículo: Sobre la agudeza del lince, versión Ecoportal. Net
Alguna vez quise ser lince
Pero mi vista es tan corta
Que casi huelo la pantalla
O el libro y sus pegaduras tan saladas como amar/
Pero ello no me quitaba la rapidez
Y si me estiraba en la cama
Frente al espejo
Con mis lunares esparcidos
Y la pelambre blanco prematuro/
Me imaginaba ser ese felino
Supuestamente sagaz y/ sin duda
Pronto en llegar a ninguna parte/
Pero/ aunque no fuera apropiado ni correcto
Según las funcionarias de la naturaleza
Comparar con un lince a un ser “superior” como el hombre/
Es de mi gusto echar la legua
Con la lengua/ sólo con ella y sus alcances.
Por eso me dedico/ con la lengua del lince
A sacarla
A dejarla ir sin ritmo
Enrollándome la vida.
Lengua de lince miope/ dirás/
Estirado y de pecosa apariencia/ como habrás visto/
De pelambre más bien rala/
Pero bigotón/
Habrás pensado subsiguiente/
Aunque tiene su olfato para dejar palabras
Que te hacen presa/ no tan fácil es cierto
Pero su presa/ sin más asombro
Que lo que su lengua dicte
Interminable en su sin son ni ton
Sin orden pero como un mundo común.
Una babel de lenguas/ no va mal en tiempos de silencios.
Con la presión de la sangre agitándome la lengua y cerrándome los ojos.
Ricardo Landa, 3 de mayo de 2008,
Fotos de linces de Marina Cano y la penúltima sobre el frenesí sexual de los linces en la internet.