A corazón entero

A corazón entero
Los invisibles hablan, oyen las oscurecidas.
Andan con manos y pies volando los mutilados.
A corazón entero tejen sus rostros y desatan sus lenguas
con sangre de víctimas, quienes resisten.
Con saliva de niñas y niños hilan
los pueblos, los barrios, las cocinas y las escuelas
la transparencia de vida buena, la digna.


Están en armas de palo los que defienden territorios,
van con fogatas en el pecho las muchachas y van con ramos
de molotovs sus novios, y usan resorteras las jubiladas y los despedidos.
Protegen identidades, el bien común, las uniones de lucha, las rebeldías,
las dislocadas y los amores a pierna suelta y en asamblea permanente.


Dejarán de creer en fetiches los crédulos, se despabilarán los pasmados,
hablarán por los codos los atrevidos y quienes callaban por mandato
del patrón, el padre, el presidente, el esposo o el partido
ahora aprenden a valerse en grupo y en persona, juntas.

Así van llenando el buche del ave sencilla que los canta y los publicita,
no con piedritas de impotencia, sino con moronas del pan de rabia
que compartimos y producimos. No quieren migajas de tercer uso,
ni entusiasmarse con ilusorias ofertas de las tiendas
de raya y bórrate de la cuenta y de la lucha.
Son voces sin muros, sin bozales, ni sordinas.

Les dicen los sin miedo, aunque sientan cómo cosquillea y pica
cuando suben el volumen en sus radios y radicalizan el tono con el rap
del Anonymous resucitador que todos llevamos encendido.
Van del volante manchado de tinta al rayado de cada esquina.
Son palabras de multitudes y de pequeñísimas células y colectivos,
los invisibles hablan, oyen y gritan las oscurecidas.


Se teje con sangre y saliva el beso que regenera al corazón entero.
Ya traman con sus redes hamacas para el amancebarse,
para dar de mamar resistencia a los hijos, para que los sueños se movilicen,
para que cuatrocientas revoluciones den la vuelta al mundo.


Ricardo Landa, para los 100 x 400 voces de El Zenzontle, a 20 años de su fundación

Imágenes: Virgen de la Barricada, Chile; Desconfía de quien habla de paz, Ilustración Mapuche; Fogatas en Cherán; Trabajadores, Amaral; El Zenzontle, Cartel.

Sin pelos en la cabeza

Sin pelos en la cabeza

photography-by-sylvie-blum-v-nixie-by-sylviec2a0blumTucán, zenzontle y los colibriés que

construyen sus nidos en el corazón de los lirios negros

¡Ven!

Blaise Cendrars: Prosa del transiberiano y de la pequeña Jeanne de Francia.

 

Con el cabello al rape
sin pelos en la cabeza
ocultarás canas
pero nunca las ansias que nos tenemos
oiré tu voz como la de la Sinead
pasaré mi mano creyéndote
la resurrección de Nina Simone
y tendrás con eso tres rodillas
o tres nalgas o tres senos
como imaginó a las primeras mujeres
Günther Grass aquellas de tres tetas que dominaban
a los hombres
por su lado lácteo.
Diosa ocasion1
En fin calva y cantante como
la esquizofrénica de Ionesco.

Calva como yo 
y el poetita sin gorro
en espera de la ocasión.

Bueno todo sea como eso
te pondré una boina 
como la del Che
porque sabrás que él intentó
escalar el Popocatépetl
pero nunca llegó a la cima
como sí llegó la amada
de un hermano que se me fue
aunque no venga al caso
y lo que valoran del Che
es su intento
su espíritu su enjundia para entregarse
-como queremos entregarnos
apasionados e insurrectos
húmedos.

Intenta tú llegar aquí
a mí el tonto photography-by-sylvie-blum-v-nixie-by-sylviec2a0blum-b1
encaramado en la colina sin nombre
en busca de la oportunidad 
de acariciarte el cráneo
aunque sea sin pelo ven 
ven despelucada y pobre 
como andamos nosotros
los que deseamos 
romperle la crisma al poder.

No tienes un pelo de tonta
y te atreves
a leer estas decabelladas
misivas entre líneas 
para romper trincheras y cadenas
hasta descubrirme ahogado 
en un mar de delirios
ínútiles e intraducibles
sólo porque tardas
en llegar al estallido
común
y ya es hora
pelona.

Ricardo Landa, 3 de febrero de 2004

ripley alien

Imágenes: Fotos 1 y 3 Silvia Blum; 3: grabado de la diosa Ocasión;  4 Fotograma de Sigorney Weber como Ripley en Alien 3. y 5: Fotograma de La pasión de Juana de Arco de Carl Dreyer.

PasiondeJuanadeArco2